En los sistemas sanitarios de todo el mundo, muchos hospitales siguen careciendo de estructuras bien establecidas que garanticen un flujo eficiente de pacientes. ¿Las consecuencias? Mayor riesgo para la salud de los pacientes, tensión mental para los trabajadores sanitarios y pérdidas económicas para los proveedores de asistencia sanitaria. Pero, ¿qué causa esto?
El flujo de pacientes se refiere al recorrido que realiza un paciente desde su ingreso en el hospital hasta su alta. Cuando este proceso no se gestiona de forma óptima, es decir, cuando el paciente adecuado no se encuentra en el lugar adecuado en el momento adecuado, no solo se ven afectados los resultados clínicos y la satisfacción del personal, sino también los resultados financieros del hospital [1].
¿Cuáles son los principales obstáculos?
Un reto importante es la ineficacia de la comunicación y la colaboración dentro de los equipos clínicos. En una encuesta global realizada por la plataforma de la comunidad médica Sermo, el 57 % de los encuestados citó «el retraso en la información sobre los pacientes» y el 25 % señaló «la tecnología obsoleta y los problemas técnicos» como sus principales frustraciones [2].
En entornos complejos y dinámicos, es esencial una comunicación clara y oportuna respaldada por herramientas modernas, especialmente cuando la composición de los equipos cambia con frecuencia y la carga de trabajo es elevada [3]. Una colaboración deficiente puede dar lugar a errores en el tratamiento o la medicación, mientras que las interrupciones repetidas y las responsabilidades poco claras causan estrés, reducen la satisfacción laboral y contribuyen al agotamiento del personal.
Como se destaca en varios informes sobre la atención sanitaria tras la pandemia, incluidos los del Instituto para la Mejora de la Atención Sanitaria y otras autoridades sanitarias nacionales, la necesidad de una gestión estructurada del flujo de pacientes y una planificación proactiva de la capacidad es cada vez más urgente [1][4].
Las estrategias clave para mejorar el flujo de pacientes incluyen:
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Racionalizar los ingresos de pacientes
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Implementar una gestión eficiente de las camas y la capacidad
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Mejorar la coordinación y la comunicación entre departamentos
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Mejorar la planificación del alta
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Reducir los retrasos en los diagnósticos, los traslados y los procedimientos quirúrgicos
Fuentes:
[1] Rutherford PA et al. (2020). Achieving Hospital Wide Patient Flow (2.ª ed.). Instituto para la Mejora de la Atención Médica.
[2] Sermo (2023). Encuesta mundial a médicos sobre la comunicación en los hospitales.
[3] Verspuy M; Van Bogaert P (2018). Colaboración y comunicación interprofesionales. En: Van Bogaert y Clarke (eds.), El contexto organizativo de la práctica de la enfermería. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-71042-6_12
[4] OCDE (2021). ¿Preparados para la próxima crisis? Invertir en la resiliencia de los sistemas sanitarios. https://doi.org/10.1787/ae3016b9-en